En los últimos años, la energía solar ha tomado un papel protagónico en la lucha contra el cambio climático y la transición hacia un futuro más sostenible. Gracias al avance de la tecnología y a la creciente conciencia sobre los beneficios ambientales de las energías renovables, la energía solar se ha convertido en la fuente de energía con mayor potencial de crecimiento a nivel mundial.
Según el informe Renewable Energy Market Update de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la capacidad de energía solar a nivel mundial ha aumentado en un 18% en 2020 a pesar de la pandemia, alcanzando los 714 gigavatios (GW) de capacidad total instalada. Esta cifra equivale a la energía generada por 136 centrales nucleares y representa alrededor del 2,8% del total de la capacidad mundial de generación de energía eléctrica.
Uno de los principales factores que impulsan el crecimiento de la energía solar es su viabilidad económica. A medida que los costos de la tecnología han disminuido, los proyectos solares se han vuelto más accesibles y competitivos en comparación con las fuentes de energía convencionales. Además, los beneficios ambientales y sociales de la energía solar se están volviendo cada vez más evidentes, lo que ha llevado a gobiernos y empresas a establecer objetivos ambiciosos de energía renovable en sus políticas y estrategias.
A nivel global, China es el líder en capacidad solar instalada, seguido por Estados Unidos, India y Japón. Sin embargo, la energía solar también está creciendo rápidamente en otros países, especialmente en América Latina, donde el potencial solar es significativo. Según la Asociación de Energía Solar de Latinoamérica y el Caribe, la capacidad solar instalada en la región alcanzó los 25 GW en 2020, lo que equivale a la energía generada por cinco centrales nucleares. Chile, Brasil y México son los líderes en capacidad solar en la región, mientras que otros países como Argentina, Colombia y Perú están emergiendo como actores importantes en el mercado solar.
Si bien la energía solar todavía representa una pequeña parte de la generación de energía mundial, su potencial de crecimiento es enorme y su papel en el futuro de la energía global es cada vez más importante. La energía solar no solo puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático, sino que también puede democratizar el acceso a la energía y mejorar la seguridad energética de los países. Como tal, es esencial que los gobiernos y las empresas continúen invirtiendo en la tecnología y establezcan políticas y regulaciones claras que fomenten el desarrollo sostenible de la energía solar y de las energías renovables en general.
Nota express publicada por MediaStar | Agencia de Medios.
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